Los CDB somos laicos consagrados salesianos
Laicos
Vivimos en el mundo, por opción vocacional. Vivimos la consagración en el trabajo, desde nuestra competencia profesional y en las circunstancias ordinarias de la vida, permaneciendo dentro de nuestras familias o solos. Plenamente encarnados en la vida diaria, participamos en la vida social, cultural y política del sitio en el cual vivimos, aportando la riqueza y la plenitud de los valores cristianos. Para garantizar la eficacia de nuestra acción apostólica en los lugares de “frontera” y en el ámbito secular, mantenemos una prudente y responsable reserva sobre la pertenencia propia y de nuestros hermanos al Instituto. Tenemos como modelo a Cristo en Nazaret, con una presencia silenciosa y discreta de su vida escondida. Nosotros estamos “entre” los demás y “como” los demás. Lo único que nos distingue es el estilo de vida, el testimonio concreto de un cristianismo bien vivido.
Consagrados
Profesamos los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, mediante los cuales nos comprometemos a seguir a Cristo con radicalidad, haciendo emerger el mensaje del Evangelio en cada realidad de la vida y del trabajo. Queremos ser testigos de un Dios que recorre los caminos de los hombres, sin signos externos, cultivando la libertad de una vida donada a Dios. Estamos unidos entre todos mediante un fuerte vínculo de comunión fraterna.
Salesianos
Pertenecemos a la Familia Salesiana y elegimos vivir según el espíritu de Don Bosco. La referencia al Padre y Maestro de la juventud, a su vida, a su experiencia, a su riqueza espiritual es esencial para cada uno de nosotros. Por ello vivimos con un estilo concreto y dinámico, cultivando una profunda vida interior, prestando atención las necesidades del mundo juvenil, testificando con alegría y optimismo el amor de Dios por el mundo.
Laicos
Vivimos en el mundo, por opción vocacional. Vivimos la consagración en el trabajo, desde nuestra competencia profesional y en las circunstancias ordinarias de la vida, permaneciendo dentro de nuestras familias o solos. Plenamente encarnados en la vida diaria, participamos en la vida social, cultural y política del sitio en el cual vivimos, aportando la riqueza y la plenitud de los valores cristianos. Para garantizar la eficacia de nuestra acción apostólica en los lugares de “frontera” y en el ámbito secular, mantenemos una prudente y responsable reserva sobre la pertenencia propia y de nuestros hermanos al Instituto. Tenemos como modelo a Cristo en Nazaret, con una presencia silenciosa y discreta de su vida escondida. Nosotros estamos “entre” los demás y “como” los demás. Lo único que nos distingue es el estilo de vida, el testimonio concreto de un cristianismo bien vivido.
Consagrados
Profesamos los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, mediante los cuales nos comprometemos a seguir a Cristo con radicalidad, haciendo emerger el mensaje del Evangelio en cada realidad de la vida y del trabajo. Queremos ser testigos de un Dios que recorre los caminos de los hombres, sin signos externos, cultivando la libertad de una vida donada a Dios. Estamos unidos entre todos mediante un fuerte vínculo de comunión fraterna.
Salesianos
Pertenecemos a la Familia Salesiana y elegimos vivir según el espíritu de Don Bosco. La referencia al Padre y Maestro de la juventud, a su vida, a su experiencia, a su riqueza espiritual es esencial para cada uno de nosotros. Por ello vivimos con un estilo concreto y dinámico, cultivando una profunda vida interior, prestando atención las necesidades del mundo juvenil, testificando con alegría y optimismo el amor de Dios por el mundo.